Lo primero ha sido la limpieza de los espárragos enmanojados, cosa que no tiene mucho misterio. Luego ha venido la limpieza del puerro, que ha resultado un poco más complicada. Tras una consulta en Internet y viendo que ya venían prácticamente limpio, lo he troceado y añadido a la olla donde tenía puesta una poquita de cebolla pochándose. Cuando el puerro se ha pochado también, he añadido los espárragos y la patata, he dado un revuelto con el aceite y he añadido agua y sal. Muy poca sal porque uno es muy soso cocinando, aunque luego lo compensa de otras formas.
La cosa se ha ido cociendo tranquilamente y al final he añadido un quesito de la vaca que se pitorrea, dejando la cosa hervir un ratillo más. Bien es cierto que, al dar por finalizada la cocción, el contenido de la olla no tenía un aspecto muy prometedor, aunque olía bastante bien. Así que he procedido a batirlo y es entonces cuando la cosa ha cogido una poca de color, aunque menos verde de lo prometido. A ver si la solución de los problemas de la vida es batirlos.
Luego he añadido unos trocitos de jamón para darle un poco de ilusión a la cosa y he procedido a su ingesta. Ya han transcurrido unos 20 minutos y, como sigo vivo, es de suponer que la receta puede darse por comestible. Esperaremos a posibles secuelas en las próximas horas.
Si ya lo decía mi abuela, si las cosas están hechas con buenos alimentos, el resultado no tiene más remedio que estar bien. Y si las compra uno de oferta, pues ya ni les cuento.
Mmmmmmmm bienvenido al mundo gastronómico, si te digo que la entrada está algo verde será sólo por el color!! por ningún otro motivo porque veo la receta muy apañá y amena, tomo nota de los "espágarros"!
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