Otra jornada de huelga general.
La verdad es que no me gusta hablar de estas cosas, pero con tantas protestas, no entro a decir si válidas o no, porque eso es otro debate, se está perdiendo el sentido de excepcionalidad de las mismas. Se protesta cuando se está harto, cuando no se puede aguantar más. Posiblemente hayamos llegado ya a ese punto. Pero creo que tanta protesta no se debe a la excepcionalidad de la situación en la que nos encontramos, sino a la necesidad que tienen los defensores de los trabajadores a justificar el sueldo que cobran por trabajar durante las huelgas. Cosa que no deja de ser irónica.
Veo por la tele la actuación de los piquetes. Se supone que un piquete informativo está para informar. Pero yo lo único que veo es gente tirando petardos, amenazando, insultando a aquellos que van a trabajar. Porque la huelga es un derecho, no una obligación. Las reivindicaciones que puedan justificar una huelga creo que pierden cualquier tipo de legitimidad con la actuación de estos señores. Me resulta muy extraño ver a esta patulea hablando de libertades y derechos.
Por otro lado está la guerra de cifras. No deja de tener gracia que unos digan que el seguimiento es del 90%, otros del 10%. Y luego nos digan que el consumo de luz no ha sido mucho más bajo de lo normal, de lo que se deduce que la huelga no ha sido un éxito sin haber sido un fracaso. Supongo que es como todo, dependerá del lugar, las circunstancias y las necesidades.
Bueno, pues hasta la próxima.
miércoles, 14 de noviembre de 2012
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