Hoy hemos celebrado la fiesta de la democracia, aunque supongo que sin cafeína, en un intento de mostrar a nuestros pupilos el camino para que unos cuantos se perpetúen en sus beneficios. Alguno de ellos se ha dado cuenta y se ha hecho el remolón a la hora de votar. Luego está la elección por descarte. Y la elección por hacer la puñeta, aunque curiosamente es el candidato perdedor el que más tiene que ganar.
Luego, a la tarde, hemos votado los niños grandes. Me he sentido bastante decepcionado, pues se han frustrado por defecto mis previsiones electorales. Pero creo que podré superarlo.
Definitivamente, me gusta más que me odien que que me quieran. Uno, que es así.
o-o-o-o-o
Pues aquí estamos, a la espera.
lunes, 12 de noviembre de 2012
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