Cada día que pasa le veo a la existencia menos sentido. Fueraparte, tampoco soy optimista en lo que respecta a lo que nos ocupa, a este país que nos acoge y que nos desangra a impuestos y a sufrimientos. No tenemos claro a dónde vamos ni tampoco alternativas.
Y, cuando las certezas se evaporan, yo me pongo triste.
miércoles, 12 de diciembre de 2012
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