El sábado me afeité. Como consecuencia, dos catástrofes. La primera, que se atascó el desagüe. Este hecho fue fácilmente resuelto en un ataque de masculinidad impropio de mi. La segunda, que no se dieron ni cuenta y, encima, no me sirvió de nada.
Me estoy dando cuen de que me voy a tener que pelar antes de tiempo.
Me levanto, desayuno, y me pongo la tcm. Y eso, en cierto modo, no puede ser. Pero si te ponen tal selección de clásicos... Es que uno no es de piedra.
Creo que mi silencio no está siendo bien entendido. Pero... Qué se le va a hacer.
No desconecto. No lo consigo. Pero, extrañamente, me conformo.
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