jueves, 6 de octubre de 2011

Lástima

No hay nada peor que sentir lástima. Tampoco se trata de ir de cabrón por la vida, aunque a veces den ganas, pero hacer las cosas por lástima no es buena opción. Al final, la lástima te envuelve en una red de la que es muy difícil escapar. Una red que cada vez tira de ti hacia abajo y te ata una piedra en los zapatos, hasta que te acaba de hundir.

Muchas cosas hago a veces por lástima, por ser bueno, porque hay algo en mi interior que me empuja a hacerlo. Y, al final, el único perjudicado soy yo, que no hago lo que realmente quiero y me veo supeditado a los intereses de otros.

La lástima adopta una forma sibilina, engañosa, te manipula hasta que quedas a su merced. Te anula. Te acompleja. Hace que te sientas culpable cuando no hay por qué.

Huyamos de la lástima. No se apiadará de nosotros.

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