A pesar de que la Navidad es época de alegría, regalos y buenos propósitos, también es posible encontrarse con una puerta al misterio. Y eso es lo que ha sucedido en casa de una familia en una provincia del sur de España. Según leo en la prensa, una noche, mientras una señora preparaba con cariño y amor la cena, se sobresaltó al oír unos golpes que se paraban y empezaban otra vez y se volvían a parar y así sucesivamente. "Al principio no le dí mucha importancia, pero todas las noches, sobre esa misma hora, se repetían. Pensé que sería un defecto de la casa, que también es mala pata ahora que acabábamos de pagar la hipoteca. Pero conforme pasaban las noches el ruido se hacía más fuerte. Me puse en lo peor, un postergey o algo, y por eso llamé al 112, para que me asesoraran."
Las declaraciones de los servicios de emergencia tampoco nos infunden tranquilidad. "Al llegar a la casa sentimos como un no se qué que qué se yo que nos dejó ampliamente impresionados, para qué nos vamos a engañar. Los sonidos eran absolutamente escalofriantes, rítmicos, tanto es así que se nos iban los pieses y tuvimos que recopilar datos con tapones en los oídos. La pobre familia estaba asustada. Yo, en su caso, me hubiera ido corriendo" señaló el jefe de policía de la localidad.
"Tras unas pesquisas iniciales, descartamos un cementerio indio, así como una pista de tenis subterránea. Incluso llamamos a las antípodas a ver si había alguien haciendo ruido. Como no nos cogieron el teléfono supusimos que estaban durmiendo la siesta o descansando y esa hipótesis también la descartamos. Estábamos absolutamente desconcertados. Y, en ese plan, cualquiera vendía la casa, con la hipoteca recién pagada y tan y como está ahora el mercado inmobiliario."
Pero, justo cuando todo parecía sin solución, el hijo menor dio con la clave. "Los sonidos los hace mi hermano mayor, que está estudiando percusión y, como para los Reyes en vez de una batería se ha pedido un aifons, pues tiene que practicar dando golpes en el suelo, como si fueran los pedales de la batería. Y muy posiblemente sea ese el ruido que oyen" Al enterarse la madre se puso colorada por unos instantes, pero luego se enfadó con sus hijos. "¡Pero tú por que le tienes que decir a la gente lo que le traen o no traen los Reyes a tu hermano? ¡Gata Cristis, que eres un Gata Cristis!¡Castigados los dos! ¡Mañana mismo os compro Heidi y os obligo a verla seguida sin pestañear, a lo naranja mecánica!..."
Al ver la magnitud de la bronca y la cara de pena de los chiquillos, los agentes y exorcistas allá reunidos optaron por hacer un discreto mutis por el foro, por si acaso les tocaba algo a ellos.
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