Un amigo me plantea el siguiente problema:
Preparo mi trabajo en función del tiempo libre que me dejan las absurdas tareas de la absurda administración, sacando tiempo de donde no hay. Entra uno en las jaulas con ilusión de enseñar, con interés por que mis alumnos aprendan. Preparo actividades que completen su formación humana, que les sirvan para aplicar conocimientos ya adquiridos, para que no se queden en la mediocridad y la simpleza. Invento pequeñas historias para atraérmelos. Me esmero en que todo lo que explico queda claro, repitiendo todo las veces que haga falta. Preparo apuntes, ejercicios, problemas adicionales, páginas web... y lo único que encuentro es desinterés, malas caras, exigencias absurdas. Cuando explico no me hacen caso, se pasan papelitos, hablan de lo que van a hacer por la tarde...
¿Qué estoy haciendo mal?
jueves, 24 de febrero de 2011
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