Analizando la forma de hablar del ser humano, cada vez me doy cuenta de la escasa aviesez del lenguaje. Si estoy aburrido en casa, nada mejor que llamar para venderte algo.
Nunca entenderé por que las cosas no se dicen directamente, sin rodeos ni mentirijillas piadosas o infames. Nos ahorraríamos muchos malentendidos...
Por otro lado, no hay nada más preciso para el lenguaje que una reunión de matemáticos. No dejan margen a una pequeña confusión o duda. Lo que me recuerda que...
jueves, 24 de febrero de 2011
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