Bien es cierto que no parece una comida propia para el romance, pero es lo que da el día:
Troceamos un pimiento verde. Partimos por la mitad un par de dientes de ajo. Lo freímos todo con no mucho aceite.
Paralelamente, calentamos agua con sal. La medida es un vaso por persona.
Una vez fritos los pimientos y los ajos se retira la sartén del fuego. Sacamos los ajos y los pimientos, según la receta estándar. Yo sí dejo los ajos.
Dejamos enfriar el aceite y echamos el agua caliente. También se puede no quitar la sartén, garantizándose el incendio y un rato de diversión. Por suerte, la llamada a los bomberos es gratuita.
Una vez echada el agua se pone otra vez en el fuego. Cuando rompa a hervir (que bonita expresión, por cierto) se añade la sémola para las migas. La misma medida que el agua, un vaso por persona. Y a remover y que no quede apelmazado.
Para cocineros expertos, mientras que se remueven las migas se pueden poner unas cintas de bacon a freír. O bien longaniza o cualquier otro producto dietético que se tenga a mano.
Cuando a las migas les quede un pelín, añadir los pimientos y las cintas de bacon. Remover el pelín faltante y, cuando se tenga todo más o menos así:
Pues a la mesa a disfrutar.
Se puede aconmpañar con un tomate, pero hoy tocaba chute de vitamina C, cortesía de una amiga. (¡Gracias Emilia!)
lunes, 14 de febrero de 2011
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tienen buena pinta... creo que ya va siendo hora de que las hagas para más gente.
ResponderEliminarLa próxima vez que haga usted migas podría tener en consideración a la maravillosa cocinera de los estupénsimos crêpes.
ResponderEliminarTodo tiene una presentación estupenda, pero usted no ha caído en que esas naranjas podrían haber estado formando un romántico corazón para festejar el día.
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