Reunión de colegas para tratar el futuro de nuestras ovejitas. Tras la mañana de trabajo pienso en lo felices que son en sus pastos mientras ignoran la que se les avecina. Rumian mientras decidimos, poco, la verdad, sobre su futuro. Y mientras pienso en lo que he conseguido, en lo que he trabajado, a donde he llegado.
Comparo. Y me da un poco la risa. Pobres...
De todas formas, cuando se parte como yo de las más altas cotas de la nadería, cuando se llega a este tipo de reuniones se siente uno hasta importante. Bueno, quizá no tanto. Debería decir menos avergonzado de mi mismo...
jueves, 24 de febrero de 2011
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