martes, 18 de enero de 2011

Escapar

Si no fuera porque hay que comer todos los días, cogería las pocas pertenencias que me merecen la pena, salvo yo mismo, claro, y me iría a un cortijo abandonado, lo arreglaría y cultivaría. Unos animales para acompañar y comer. Y algunos libros para leer y mis discos para disfrutar. Olvidarme del mundo, ya que parece que él me ha olvidado a mi. Y, por fin, ser feliz...

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