Dada mi posición como parte activa del meteórico cuerpo de tutores del estado (código 000) una de mis misiones más habituales es tratar con madres angustiadas con el desarrollo de sus hijos, tanto desde el punto de vista de los estudios como del personal y/o emocional o belenestebánico. Podrían distinguirse varios tipos de madres, pero hoy vamos a tratar un caso al azar y del que no se puede establecer una conexión con algún acontecimiento de mi quehacer diario reciente.
El tipo de madre que hoy someto a análisis es una madre que no se quiere dar cuenta de lo que tiene en casa. Lo sabe, lo intuye, pero disimula. Acude angustiada a hablar con el tutor de temas más que trillados, pero sigue luchado por su hijo, a veces defendiendo lo indefendible, cuando en realidad se lamentaría de no haberle cruzado la cara en una ocasión anterior. Este tipo de madre suele sufrir bastante en algunos casos o en otros este sufrimiento o le es ajeno o directamente ha desarrollado un caparazón que le impide sentirlo.
En ocasiones puede mostrar cierta pérdida de conexión con la realidad. En tal caso, abandone cualquier intento de reintegrarla a nuestro perro mundo. Perderá el tiempo y ganará un enfado...
viernes, 21 de enero de 2011
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