Gracias a mi mala cabeza he tenido que volver a mi escuela corriendo a por los libros. Justo como un niño. He salido de clase alocado. Justo como un niño. Y al llegar a casa me he dado cuenta. He bajado las escaleras corriendo, a pesar de que en ascensor hubiera llegado antes y he echado a correr. Justo como un niño. Me he encontrado con mi maestro, me ha dicho que la escuela estaba abierta y he seguido corriendo. Y allí estaba, como aquél jersey que me dejé aquella vez en clase y que me tiraron por encima de una verja y allí se quedó enganchado hasta que lo eché de menos. Con mi cartera al hombro he vuelto a casa, y del fugaz regreso a mi niñez ha quedado cierta dificultad respiratoria y ese brillo en los ojos al recuperar algo que has perdido brevemente.
¿Y si en realidad no hubiera pasado el tiempo?
jueves, 20 de enero de 2011
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