Como es tradicional en un sábado por la tarde, hemos visitado cierta gran superficie con nombre campestre para nuestra provisión semanal. Realmente no es para mi, pero bueno, hay que echar un cable aunque sea alrededor del cuello.
La cosa del aparcamiento ha resultado más difícil que de costumbre, dejando mi coche al lado de un solidario vehículo que ocupaba dos plazas. Sinceramente creo que en ese aspecto se podría rizar el rizo, pero mejor dejarlo estar.
Gente en las cajas, lo que hacía presagiar mucho ambiente, pero como pasa en cierto restaurante, a más coches menos gente y la compra se ha realizado con relativa normalidad.
En este supermercado de tan agreste nombre tienen la interesante costumbre de jugar con el cliente cambiando las calles y los productos que se pueden encontrar en ellas. Así, la comida para mis dos pequeños cuadrúpedos estaba justamente en el quinto pino de su ubicación anterior, que ha sido ocupada por una especie de paraíso del verdor y del follaje, hecho este que no creo que tenga nada que ver con que se sitúe al lado la sección de colchones y somieres.
Una vez averiguada la enésima ubicación de la levadura en lo que llevamos de año y justamente cuando llevaba el paquetito en la mano para ponerlo dentro del carro me encuentro a una niña perdida que me mira con curiosidad. Se la reintegro a su madre, que queda tan agradecida o quizá lo finge, y prosigo mi periplo consumista acabando en los yogures, como símil tabacoso.
Cajera venezolana bastante guapa y en busca del coche, no sin antes pasar el habitual percance de que se te resbale el carro por la cinta mecánica sin que te pegues un tirón en la espalda para evitarlo.
Y hay quien paga un gimnasio...
sábado, 29 de enero de 2011
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¡Qué entretenido!
ResponderEliminarDos cuestiones:
ResponderEliminar¿Tiene Vd, caballos cuadrúpedos? ¿Tanto le pagan en su trabajo?
¿Los colchones tienen hojas?
Dos respuestas:
ResponderEliminarNo son cuadrúpedos, aunque comen como tales. La utilidad que he conseguido sacarles es usarlos como calefactor en invierno, aunque lamentablemente me saldría más a cuenta pagar la luz.
Según mis informaciones, los colchones no tienen hojas, aunque sirvan para el fomento de la lectura...
Yo creo que tú vas con segundas. ¿Qué es eso de fomento de la lectura? Me lo pierdo todo...
ResponderEliminarSi algo me caracteriza es la falta de mala intención, amén de una total ausencia de ironía...
ResponderEliminarLo sé, lo sé... A mí también me pasa.
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