Moda.
En efecto, amigos, soy esclavo de la moda. Pero no de la medida estadística en cuestión, que dicho sea de paso, me da bastante pereza, sino de la moda en general. Me encanta estar a la última. Por eso, aparte de hacer siempre cola y dejar que pase todo el mundo antes que yo, me empapo de revistas de moda. Vogue, Vanity Fair, que más que un nombre de revista parece una venganza, son mis lecturas de cabecera que, aparte de mi almohada han sustituido a otras lecturas, como El Quijote de la Mancha. Que, por otra parte, es la pesadilla de alguien tan cool como yo. Imagínate una mancha en tu camiseta favorita antes de una fiesta superimportante!!
Es que la moda es como todo. Primero empiezas poniéndote lo primero que pillas, por ejemplo un pantalón fucsia con la camiseta de la segunda equipación del Barça de hace un par de años. Pero cuando te denuncian por ir dejando ciega a la gente te planteas que algo en tu vida no va bien. Y es cuando acudes a un estilista y te abre los ojos… y bastante la cartera que todo hay que decirlo. Lo pasas mal unos días pero, como una Scarlata O´Hara cualquiera, te prometes a ti mismo que nunca volverás a ir sin combinar. Y entonces comienza lo más difícil, el shopping. La gente se cree que eso de ir de compras es ir a la tienda y ya está. Craso error amigos míos!!
Hacer los mandamientos de un shoppingadicto no sería fácil, pero por supuesto no se debe ir en rebajas. Las tiendas se llenan de paranoicos luchando a brazo partido por un simple Calvín Klein. Nada comparable al periodo de temporada. Calma, tranquilidad, relax. Es donde el shopping pasa de ser una necesidad a un placer. Tranquilamente vas eligiendo ropa. Que si ese pantalón va con esa camisa, que si esa camiseta es el no va más, que si esas botas van genial con mi bufanda favorita… No es fácil, pero, ¿acaso algo en esta vida lo es?
Y donde mostrar el resultado de nuestros desvelos, pues en cualquier momento!! Lo importante de la moda es que todo el mundo hable de ti y de tu estilo, pero a ser posible de forma positiva. Y es que elegir la ropa adecuada para cada evento es muy difícil. Sin duda, la pesadilla de alguien tan super-fashion como yo es que, en mitad de una fiesssta, te encuentres con otro tiillo vestido como tu. ¿Cuántas noches me ha despertado esa pesadilla abrazado a mi prenda de vestir favorita? Para esas ocasiones hay que ir bien preparado y yo nunca voy a ninguna fiesta, por poca gente que esté invitada, sin una maletita de mano con recambio de pantalón, camiseta, camisa, calcetines…
En fin, que ir a la moda cuesta, y es con la tarjeta de crédito con lo que vas a empezar a pagar.
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