Tarde de intendencia. Ha sido un poco extraña, porque cuando voy a comprar, o mejor dicho, satisfacer mis necesidades de consumo, espero volver colmado, con bolsas y bolsas. Pero, al final, hoy ha sido una compra exigua para mi gusto. Aunque lo peor es que el coste no ha sido pequeño. Cosas del IPC.
Que rabia me da ir a un sitio a comprar y que no haya nada de lo que busco. Es una cosa que me produce cierta desazón y ansiedad y me hace pulular por los pasillos del súper, perdido, sin rumbo, y en el lodo. Y así me he vuelto yo. Sin el pescado que quería. Y sin puerros. Esta tarde parecía Colón, pero buscando no las Indias, sino los puerros.
Por lo menos mi nevera ha quedado razonablemente llena. A ver si consigo que aguante.
martes, 29 de enero de 2013
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