El caso es que a la fiesta se han unido dos discos duros y un tercero que no acaban de creerse que esté roto. Y ahí estoy, dando más vueltas que un tonto haciendo un trabajo para el que no estoy suficientemente preparado y que me impide atender lo realmente importante.
Y allá que voy, corriendo de un lado a otro. Y lo peor es que no se muy bien para qué. Y casi mejor que no me pare a pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario