domingo, 3 de febrero de 2013

Flan de huevo

Si es que ya que se pone uno...

Siempre pensé que hacer un flan era una cosa muy difícil. Y hoy me he quedado sorprendido de lo fácil que es hacerlo. Así que paso a contarlo.

Lo primero de todo es coger una flanera. Humedecemos un poco la misma y echamos azúcar. Ponemos una gotita de agua y calentamos al fuego (no hace falta nitrógeno líquido) para que se forme el caramelo. Una vez hecho esto, reservamos. Ojo con pasarse de tiempo, que si no el molde se queda para tirar y el flan inacabado, como si fuera de Schubert.

By other side cogemos un bol. En él ponemos cinco huevos y batimos con las varillas. Si tiene algo bueno la cocina, fueraparte de la limpieza del hogar, es que haces deporte sin necesidad de salir de casa y pagar cuota de gimnasio, cosa de agradecer en estos tiempos de crisis. Añadimos el azúcar en este momento, dos cucharitas por huevo, aunque nosotros hemos puesto sobres de sacarina, la del baúl de los recuerdos. Ojo con los sobres, no vayan a tener otra cosa y la liemos. Seguimos batiendo (los biceps empiezan a doler en este momento) y añadimos la leche, que me han dicho que sea entera pero que en un despiste provocado por la falta de comunicación entre la jefa y el pinche ha sido desnatada. Hemos añadido sobre 700 ml, o lo que es lo mismo 0,7 litros. Hago esta aclaración por si el Sistema Métrico Decimal no es lo suyo. Me informan también de que se puede añadir un poco de vainilla. Ojo, la leche se añade poco a poco y sin dejar de batir.

Una vez bien batido todo, lo notará porque si sale a la calle la parroquia femenina mirará a su brazo, lo vertemos en la flanera con caramelo que previamente habíamos reservado. No la reserve mucho, vayamos a que se le pierda y tenga que repetir de nuevo el procedimiento. Es conveniente colar lo batido. Y ahora llega el momento horno. Pondremos la flanera, la mía es 2.0 y no ha sido necesario cerrarla, en una bandeja con un poco de agua. Y al horno. No me he fijado en la temperatura, pero como la tarta de manzana la dejamos a 180 grados, pues supongo que a esa misma. Y a esperar que cuaje. Puede ayudarse del mismo utensilio de meter que haya usado en la tarta de manzana, pero como la realización de un postre no implica la realización de otro (como los sucesos independientes) puede utilizar otro distinto. Mismamente en el IKEA venden utensilios de meter. Creo que se llama Metenpostren, confírmenlo en el catálogo.

Una vez cuajado llega el momento desmolde, que es como los exámenes finales de junio: no importa cuánto hayas trabajado, en un mal momento se puede ir todo al garete. Les recomiendo plato grande y cuchillo romo. Precaución, amigo desmoldador, tu enemigo es la velocidad.

Y, una vez hecho esto, no viene mal un poco de frigorífico, para tomar fresquito el flan. Puede tomarse solo, con tilde o sin tilde, o acompañado de nata, de esa que siempre se tiene en casa para embadurnar al cónyuge. O con un canutillo. De los de hojaldre, se entiende.

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