domingo, 10 de febrero de 2013

Nexus 7

Esta tarde he estado probando la nexus 7 que, sorprendente y sorpresivamente, me he comprado esta mañana. El caso es que iba a comprar comida para la casa y, en la tradicional vuelta por la sección de electrónica para acabar no comprando nada me la he encontrado, escondida. Y me ha dicho en plan Rodolfo Langostino: "Llevame a casa" (así, sin tilde pero con acento) Y uno, que es débil, no se ha podido resistir.

Tras la carga inicial la he metido en su funda original, faltaría plus, y la he encendido. He de decir que el principio ha sido un poco bastante descorazonador, porque no pillaba la wifi ni a tiros.Y eso que estaba a 30 cm del router. Claro que mi router es bastante cachondo, también hay que decirlo. Por lo visto, los cacharros esos sin Internet no valen para nada. Quizá dentro de poco los niños ya nazcan con Internet incorporado. Sería más económico. Y práctico.

Tras introducir un número de veces finito numerable la contraseña, no sé como el artilugio se la ha tragado y ha comenzado con el ritual del primer arranque, ese momento que recordaré de por vida. Y la primera ha sido pedirme una cuenta de Google para centralizarlo todo. He de decir que esto no me gusta nada, porque se dejan las sesiones abiertas en todos los servicios que me ofrece Google y si, por ejemplo, un día me da por ver vídeos guarros Google o meterme en páginas de hackeo intensivo puede pensar mal de mi y me puede mandar a algún sacerdote virtual para que me confiese o un virus letal, por listo. Es de suponer que la privacidad estará bien custodiada, aunque viendo la cantidad de aplicaciones gratuitas que hay y los precios de los dispositivos de Google, el truco tiene que estar en algún sitio, como por ejemplo en la cookie.

Una vez que admitimos que vamos a ser espiados, y quizá expiados, es hora de trastear el cacharro. Lo primero, instalar aplicaciones básicas, como lector de pdf, redes sociales, blogger... Es muy fácil encontrar lo que se necesita, muy cómodo. En un par de toques está todo a punto para funcionar. La instalación se encola, es decir, tu vas pinchando y ya ellas se van dando la vez, como en la frutería.  También hemos incluido herramientas de afinación para la guitarra, radio por Internet y el pou, que también es necesario entrentenerse en esta vida, aunque bien es cierto que me está jeringando ya más de la cuenta. Por recomendación hermanil también he instalado un antivirus. Y hemos procedido al cacharreo en mediana profundidad.

Los vídeos de Youtube, usando la aplicación que viene instalada, no van muy allá. Lo más probable es que sea por la conexión, que esta tarde estaba tonta. La calidad de sonido del altavoz es buena y los vídeos se ven bastante bien. Si vamos girando la pantalla mientras se reproduce el vídeo el procesador no se inmuta. Podemos ponerla en cualquier posición que la tablet nos sigue. Curiosamente, parece que con los auriculares no se lleva demasiado bien. Habrá que ver por qué. Los mandos del sonido son un poco engorrosos, aunque quizá sea por efecto de la funda. Salvo que no me haya dado cuen, los controles para el sonido desde la propia pantalla no se ven así fácilmente.

El manejo del sistema operativo es muy bueno. Sigo sin entender por qué los android no traen un gestor de archivos. Es como si te vendieran un coche sin asientos. Recordando la experiencia desire, le puse uno. Ahora habrá que aclararse en el maremagnum de carpetas que tiene, para ver dónde hay que colocar la música, los documentos y demás para que luego se sincronice todo correctamente y no haya que montar un circo cada vez que uno quiera oír alguna canción o ver algún flim. Y habrá que localizar la correspondiente aplicación para ello.

En la pantalla principal hay un montón de subpantallas que se pasan deslizando el dedo. La mayoría están vacías, a la espera de ser personalizadas. En algunas aparecen aplicaciones que rebosan en otras. Habrá que ir eliminando algunas que he bajado de mas, para no llenar la memoria inútilmente (aunque tengo 32gb teóricos que serán sobre 28-29 reales) antes del diluvio musical y de documentos que está al caer. Y ese es el problema que le veo a cualquier android, y si me apuran IOS, que cae en mis manos. Que sí, que mucha aplicación y mucha historia, pero todo desordenado y caótico. Sigo pensado que la organización que tenía Ubuntu Network Remix era la mejor para este tipo de cosas. Más dinámica que un S.O. tipo Windows pero sin estar tan desorganizada como los dispositivos portátiles que hay hoy en día.

De todas formas, y salvo las críticas de estilo, el producto es excelente en lo que a hardware se refiere. Y según las necesidades de cada uno las utilidades pueden ir desde el pisapapelismo a la imprescindibilidad. Evidentemente no es un ordenador y no se le puede pedir lo mismo, pero para cosas concretas, como navegar por Internet, entretenimiento e incluso lectura, resulta más cómodo que un portátil y más práctico que un móvil. La clave está en las aplicaciones, que seamos capaces de buscar cosas que realmente nos ayuden y sirvan para sacarle partido.

Y, tras esta primera aproximación, seguiremos investigando.

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