Hay días que pasan, sin pena ni gloria, pero que sin los cuales no podrían llegar los grandes acontecimientos y las fechas señaladas. Días en los que te levantas creyendo que allá afuera luce el sol, pero que luego, al correr la cortina, ves que las nubes lo tapan. A pesar de que pudieran verse más blancas de lo que parecen.
Días en los que la compañía es en esencia la misma, aunque no adopten la misma forma. Pensamientos que te evaden hacia el pasado o futuro, pero que nunca se quedan en el instante en el que fueron concebidos. Preguntas a la fuerza retóricas, pues aunque tienen respuesta no se desea conocer.
Suplente de ceremonias. Testigo de conversaciones de las que se debería haber huido. Nunca se está donde se debe, ni en cuerpo ni en alma. Partícipe de secretos que pesan como una losa.
Mañana tocará correr. Es, será, domingo.
sábado, 23 de febrero de 2013
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