Por una cuestión logística que no viene al caso, esta tarde me he tenido que cruzar de punta a punta la beato-capital. Eso me pasa por pensar lo poco que estoy andando esta Navidad.
El caso es que todo lo que no sea el centro de las ciudades es absolutamente impracticable para un indefenso peatón. Obras mil mal señalizadas, miles de recovecos inaccesibles, restos de cemento o de arena por el suelo, o simplemente baches o directamente agujeros que como no te des cuenta te matas. Por supuesto, los que van en sus coches no te hacen mucho caso, pero con eso ya cuentas.
Y cuando superas la zona de obras, coches mal aparcados, semáforos que no se abren nunca, pasos de peatones a mil kilómetros...
Es dura la vida del peatón...
lunes, 3 de enero de 2011
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