Me siento raro cuando no estoy en el lugar oportuno en el momento indicado. Más que raro, culpable.
Incluso cuando las rutinas se ven alteradas por las vacaciones. Me siento culpable por ellas, por no pertenecer a un lugar a tiempo fijo, por no estar atado a unas coordenadas.
Busco una explicación a ello y no la encuentro.
La costumbre y la rutina, como guías de una vida anodina.
domingo, 17 de marzo de 2013
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