Por fin he decidido poner adsl en mi casa. Después de la que me ha liado mi querido pincho, bueno, más que mi querido pincho el proveedor de mi querido pincho, no he tenido más remedio que cambiarme. Y la verdad es que tengo la mosca detrás de la oreja.
Esta tarde, por supuesto, a la hora de la siesta, me ha llamado una señorita bastante despistada. Me comenta que la acabo de llamar, cosa falsa porque en mis sueños no hay teléfonos. Pero lo que sí le comento es que he solicitado Internet por Internet, valga la redundancia. A continuación me dice las formas en las que puedo contratar Internet, que si por Internet, que si en alguna tienda, ojo, no en todas... cosa que ya sé puesto que lo he hecho y que ahora no me importa nada, puesto que ya no lo voy a tener que hacer otra vez. Y a continuación me pide mi dni para comprobar que efectivamente he solicitado el producto. Y me ha dicho que ya me llamarán para venir a casa a instalar el teléfono, cosa que también ya sé. Tras lo cual me ha dado las buenas tardes y ha colgado el teléfono, supongo que satisfecha por un trabajo bien hecho.
Temblando estoy cuando tenga el fijo y empiece el bombardeo del telemárketing...
jueves, 1 de septiembre de 2011
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Indudablemente, una acertada decisión.
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