Tengo un montón y, según me dice mi hermana, cada día más. Ayer me los vio en mi barriguita (me da cosa escribir barriga) y en mi espalda. Dice que no me recordaba tantos. Y yo, la verdad, es que no les hago mucho caso.
Siempre he tenido muchos, ya me lo decía mi tía, "Eres el niño de los lunares"
El caso es que están ahí. Viven conmigo, trabajan conmigo. Ni me molestan ni les molesto. No se por qué salen, si están ahí para quedarse o se irán dentro de un rato, pero tampoco me preocupo demasiado. Vivimos en una perfecta tolerancia y armonía.
Esperemos que sigan así.
domingo, 7 de agosto de 2011
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