La noticia de hoy la he visto en el periódico local.
Por lo visto un joven llevó su coche a la rutinaria revisión anual. Nada más llegar, le informaron del mal estado de los neumáticos, "cosa que ya sabía, lo que no me esperaba fue todo lo que pasó después" nos narra.
"Nada más dejarle el coche al mecánico empezaron los problemas" dice nuestro joven amigo. "Al ir a arrancarlo se queda pillado, y por lo visto le falló la batería. El caso es que me sorprendí un poco, pero lo achaqué a que ya tenía tiempo y no le dí más importancia. Pero al ver que tardaban me acerqué al encargado y, entregándome un cleenex me contó todo lo que le pasaba al coche y me hizo un cálculo más o menos de lo que me costaría la reparación"
Pero, según lo que seguimos leyendo, el coraje de este joven no tiene límite. Según las declaraciones que aparecen en la prensa, el jefe de taller se sorprendió al ver "la talla humana de este titán de la conducción. No solo aguantó con entereza las malas noticias sobre su coche sino que incluso consoló al joven mecánico, que además tiene un coche igual, pero de color carmesí y era su primer día con nosotros."
"Me sentí muy mal al ver al mecánico llorar, y me dije que tenía que hacer algo para remediar esa situación. Le consolé y le dije que no se preocupara, que tirara hacia adelante, que lo hiciera por su novia, por sus hijos, pero como no tenía, le dije que lo hiciera por Julieta, su iguana. Y entonces se animó un poco y se secó las lágrimas, pero como se las secó con la mano y tenía aceite se lo tuvieron que llevar a urgencias, y ya me atendió otro mecánico. Espero que no sea nada y se recupere pronto, pobrecillo."
Pero las vicisitudes de este joven no acabaron aquí. "Como la factura iba a ser de aupa, decidí decidí hablar con el jefe del concesionario sobre cómo financiarla. El caso es que se nos acercó un posible cliente y, al preguntar por un vehículo de la exposición, no me pude de resistir y le decontesté con la retahila de equipamientos, opciones y colores disponibles. Como había estado esperando pues me lo había aprendido todo de los catálogos. Y el cliente se ha quedado tan satisfecho que lo menos que ha podido hacer es comprarse el coche."
El jefe de ventas nos lo confirma "este chico es una mina. Tío que entra por la puerta, tío que se compra un coche. Estoy tan contento con él que se va a venir todos los miércoles por la tarde y así nos va pagando la factura del coche. Calculo que en un par de años bisiestos ya estará todo saldado. Y, cuando acabe, va a dar cursos de motivación por todos los concesionarios de la marca"
"Estoy muy contento" comenta el joven con el brillo de la ilusión en los ojos.
Pues nada, enhorabuena y le deseamos desde aquí que venda muchos coches.
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