Esta tarde, cuando paseaba por el boulevard, o la rambla que queda más agreste y apropiado, he visto que se abrían las puertas del cielo. No ha sido nada espectacular, pues es una simple corredera que se desplaza primero a la izquierda y luego a la derecha.
Las puertas del cielo son a rayas, de madera y plateadas, aunque supongo que será acero inoxidable, pues no está el cielo para muchos gastos, que la crisis es global aunque con sus peculiaridades locales.
En la puerta del cielo esperaba una furgoneta que, una vez abierta de par en par, ha entrado sin prisa pero sin pausa. Y, apenas entró el culo, las puertas del cielo se volvieron a cerrar, dejando ver otro coche y otra furgoneta, metidos bajo un techo de hojalata.
miércoles, 11 de abril de 2012
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