Hubo una vez que oí una canción. Era verano, era de noche, cuando era más joven y las canciones se cazaban en la radio, con la cinta y los dedos siempre preparados para quedarte con ese trocito de música que permitía evadirte de tu yo por unos momentos. La canción hablaba de Van Gogh y no pude oír su título. Tan solo me quedé con lo de Starred Night, pero no con quién la cantaba. Y la guardé en mi corazón durante mucho tiempo.
Recuerdo aquellas noches de balcón y radio, esperando que pasara el verano, planeando cuidadosamente los días y, sobre todo, las noches. Aquellas noches que tanto sorprendieron a algún vecino mirón. Esperando que pasara algún coche para disimular el ruido, viendo elevarse hacia el cielo huérfano de estrellas, celosas por no poder brillar más que las farolas. Recuerdo tantas canciones que atesoré y que fui coleccionando con el tiempo, en la época en la que tenía mérito.
Hasta que un día, por esas magias de las nuevas tecnologías, me encontré de nuevo con ella. Y sonó tan mágica como la primera vez, incluso asomaron las mismas dos lágrimas en mis ojos, ya que desde entonces estaban esperando.
domingo, 27 de mayo de 2012
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Aunque la que más sonaba de Donc McLean era American Pei, genial y de significado incierto, es sin duda Vicent una de las canciones más dulces. Toda ella es fabulosa, una paleta de notas y colores. Aquí dejo las partes que más me estremecen.
ResponderEliminar“Ahora comprendo lo que tratabas de decirme
y como sufriste por tu lucidez,
y como trataste de liberarles…………
Yo podría haberte dicho, Vincent,
que este mundo no se hizo
para alguien tan bello como tu…..
Aún siguen sin escuchar
y tal vez nunca lo hagan.”