Viernes otra vez, cansado y zarandeado. Con granos en el pecho, pero con nuevo talonario de recetas. Y eso que nunca he perdido un papel.
La semana pasada, en un rapto consumista, me compré unos pantalones para estar en casa por 9 leros. Hoy han aparecido los que buscaba. Naturalmente, estaban donde los dejé. Lo malo es que mi cabeza no estaba donde la dejé. Ya es la tercera vez que me pasa. Al menos no con la misma prenda.
A fin de cuentas, ¿qué mas da? Al fin es viernes...
viernes, 19 de noviembre de 2010
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