Definimos conversación bizantina cuando, metafóricamente, se tira la piedra y se esconde la mano. Para ello, se necesita de un motivador avispado con ganas de meter gresca, un tema polémico, dos posturas enfrentadas y varias personas dispuestas a decir una cosa y su contraria en breve periodo de tiempo.
Para ello, se debe proponer el tema con algún argumento que sepamos va a herir sensibilidades, diciendo una chorrada, a ser posible muy gorda. En ese momento las posturas encontradas entrarán en ignición y empezarán a discutir. Bastará entonces con sentarse a disfrutar del espectáculo. Se recomienda bebida fría... y ejercitar las dotes de observación.
Oferta de lanzamiento. Por un euro más, con el primer fascículo, les entregamos un tuperware.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
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