Diríase que a veces las cosas pasan cuando no nos conviene. Y siempre son cosas buenas, lo que te hace que te duela aún más. Pero la vida es caprichosa y pone las cosas en un orden que parece aleatorio pero que, si al final de nuestra vida echamos la vista atrás, vemos que ha sido el orden justo y necesario, el que tenía que ser. Porque las cosas no ocurren porque sí, o al menos eso parece.
De lo anterior se deduce que lo que me viene atormentando desde hace tiempo ha tenido que ocurrir ahora, no antes ni después. No creo que me vuelva a ocurrir, aunque es altamente probable. Espero para entonces haber aprendido, cosa que por supuesto no voy a hacer, porque no sería yo.
Pero la misma pregunta flota en el aire. Y habrá que esperar para responderla. Jaque mate.
viernes, 26 de noviembre de 2010
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