Realmente, no entiendo la necesidad del ser humano de discutir de forma bizantina, como nuestro cerebro expresa las mismas ideas con distintas palabras y como esas palabras se convierten en rectas paralelas, enemigas, irreconciliables, pero a fin de cuentas en la misma dirección, aunque quizá con sentidos distintos.
Supongo que el ser humano es así...
sábado, 13 de noviembre de 2010
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