Dicen aquellos que conocen a gente de oriente, especialmente del lejano oriente, que sienten pena por la civilización occidental, o más concretamente por la cultura europea. Y en gran parte es por nuestra falta de fe, por no tener creencias religiosas, por la cada vez menos trascendencia que le damos a nuestra vida. Porque tenemos Blackberrys pero no tenemos nada que decir.
Y, en gran parte, no les falta razón. Al menos yo no puedo evitar sentir cierta inferioridad moral.
lunes, 8 de agosto de 2011
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