Hoy, tras mucho insistir, he hecho un nuevo amigüito. Abajo lo pueden ustedes ver, entre el desorden de mi mesa.
Desde hace mucho tiempo me vienen hablando de él. Yo, que a veces soy reacio a las nuevas amistades, me resistía. Incluso una tarde quise pasar un rato con él, pero la cosa no prosperó. Total, que no volvimos a llamarnos.
Pero ayer, preparando una pieza que ya toqué hace tiempo y que olvidé porque no me gustaba nada, me di cuenta de que era necesario. El paso de negras a corcheas y viceversa no lo tengo todavía muy interiorizado, así que, con un poco de vergüenza, lo llamé. Y, como no es rencoroso y ni siquiera necesita pilas para funcionar, respondió a mi llamada y he pasado la tarde con él. Despacito me ha ido guiando y creo que ya le he cogido el tiempo a la pieza.
Así que, desde aquí, mi reconocimiento. ¡Gracias amigo!
miércoles, 4 de abril de 2012
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