Llueve ahí fuera. A pesar de que el invierno ya se bate en retirada, algunas gotas quedan todavía por caer. Es una lluvia ligera, pero el sonido de las gotas caer rompe el silencio de la noche.
Oigo las gotas que martillean el suelo. Caen de una en una, con tranquilidad. Pensando que tienen todo el tiempo del mundo para caer. Son como pequeños trocitos de cielo que van cayendo, como las decisiones que se toman y que resultan equivocadas, o como los deseos que no se nos cumplen. Como morir un poquito cada día.
Lo cual me recuerda...
miércoles, 9 de marzo de 2011
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