Hoy han tocado ejercicios de fonética. No los entiendo. No sé para qué sirven, pero los profes de inglés se pirran por ellos. Yo pensaba que la gente en Londres se volvía loco con ellos y estaban en el metro, en la oficina, en la ópera, todo el día haciendo el longuis con la fonética, pero no, no era así.
El caso es que te ponen el cassete. Bueno, el disco compacto, que los tiempos adelantan que es una barbaridad. Y sale una señora en plan satánico, exagerando un fonema, agrediendo tus tímpanos con un /k/ que te vuelve loco. Y empieza una retahíla de palabras y hay que clasificarlas en distintas columnas. Y como la señora que habla va a toda leche y además la ortografía británica no ayuda al final te haces un taco bastante gordo.
Al cabo del tiempo he conseguido equivocarme menos, lo cual no significa que acierte mucho. Pero, en caso de apuro, para eso inventó el Señor las quinielas. Lo mismo hasta tienes suerte...
jueves, 19 de mayo de 2011
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