Esta mañana me he sacado un tupper de lentejas. Al volver a casa no me he acordado de este detalle culinario y me he afanado en mis espinacas al queso azul. Y al abrir la nevera por este elemento en cuestión me lo he encontrado allí, mirándome con lástima. Decidí calentarlo, pero al abrirlo he visto que estaba congelado. Por lo que lo he devuelto a corrales, digo, al congelador.
Definitivamente, hoy es mi día.
jueves, 19 de mayo de 2011
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No se sacan las cosas y se menten, si se queda fuera ya te lo tienes que comer, que de descongelar y congelar se estropean las cosas. Eso, lo dejas en la nevera y te lo comes por la noche.
ResponderEliminarBueno, mejor las lentejas al medidía y las espinacas por la noche.
Lo he pensado, pero estaban todavía congeladas.
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