miércoles, 3 de agosto de 2011

E-shopping

Esto del comercio electrónico es una maravilla. Todo un mundo de productos y servicios se abre ante ti sin necesidad de salir de casa. Y cuando se junta con el aburrimiento y las adicciones, como la compra de calzoncillos de marca, las consecuencias pueden ser devastadoras.

Pero no es el caso que nos ocupa. Donde vivo actualmente no tengo una sucursal de la famosa tienda de deportes D. y como necesito unas cosas para mi inminente viaje canario he decidido comprarlas por internet. He adquirido una camiseta anti rayos uva para mi santa madre y un par de bastones de senderismo pour moi. Una vez finalizada la compra, como no soy ciber-cliente, hay que crear una ciber-cuenta. Bien. Me pongo a ciber-ello.

Introduzco los datos en el formulario y los envío. ¡Huy!, no me deja. ¡Ah!, es que no he aceptado, voy a pinchar. Bueno, ya está. Bien, vamos al pago. Creo que voy a estrenar la tarjeta para compras por el internete, por si hay algún pirata aburrido espiándome. Bien, vamos a cargarla.

Abro la página del banco. Error. ¡Vaya!... ¡Ah, es que he introducido mal la contraseña! A ver ahora. ¡Bien!, ya me deja. A ver, a ver... aquí, recargar tarjeta prepago. Bueno, pues ya está. Creo que le voy a echar 50 euros y lo que sobre ya lo tengo ahí para cuando pida la guitarra. Bien. Ahora la clave de operaciones. ¿Dónde estará? ¡Ah, sí! ¡Está aquí! ... ¿Clave no válida? ¡Ah, es verdad! ¡La cambié! Esta debe ser... ¡Pues tampoco...! Bueno, pues probaré con esta... Ahora, ¡bien! A ver, un mensaje ahora. Ah, es la otra contraseña. La introduzco... ¡Error? A ver otra vez... ¡Ahora!

Bueno, pues parece que está todo. Voy a introducir el número de tarjeta... bien. Ahora el pin. ¿Y cuál era el pin? Voy a ver si es este... No. Mala suerte. Subiré a rebuscar en mis papeles...

Claro, cómo va a ser ese si lo cambié. A ver, seguro que es la fecha de nacimiento del gato... ¡Bingo! Bueno, pues ahora sí que está todo. ¡Tan solo tres horas y media!

Ahora, a esperar que lo traigan.

Maravillas del mundo moderno, oiga.

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