jueves, 21 de abril de 2011

La noche del Jueves Santo

Noche especial. Noche de espera. Cenar, hacer algo de tiempo y vestirse. Me esperan.

A las doce de la noche la campana de San Pedro sonará tres veces. Si te fijas bien, una linterna se verá, traviesa, por las ventanas de la torre. Y se apagará la luz. Y se hará el silencio.

Se abrirá la puerta de la iglesia, que estará a oscuras, y un lúgubre cortejo saldrá tras la única frase que oiréis de sus labios: "Cristo de la Misericordia, Granada te espera".

Primero la cruz de guía, acompañada por un tambor de inconfundible sonido. Un sonido que solamente se oye esa noche y que retumba por la Carrera del Darro, iluminada por una Alhambra que parece llorarte y por la luna llena de la Semana de Pasión, que quisiera calmar Tu dolor en la cruz. Tu imagen muerta.

Cuando pasa el tambor, empieza a oírse de nuevo el río, el Darro, con los deshielos de la Sierra de Granada. Sigue el cortejo. Siguen los penitentes llevando las velas amarillas, formando una hilera perfecta, iluminando el camino por el que tendrás que pasar. Se acercan más penitentes, con su cruz a cuestas. Arrastran cadenas en sus pies.

En la puerta de la iglesia se ve reflejada Tu sombra. La cruz sale doblada, pues es mucha Tu altura y poca la de la puerta. Una luz nos muestra como la cruz se eleva. Y la sombra se proyecta sobre la fachada de la iglesia, y luego sobre la pared del Convento de Zafra.

Cuatro ciriales. Cuatro ciriales que abren paso a Tu trono, que salió de esas manos que tanto quise y que me hacían bajar cada año a Verte. Desde entonces, no tengo fuerzas para enfrentarme a ese paso. Te detienes cerca. Miro Tu cara, llena de dolor y próxima a la muerte, a esa muerte que Tu mismo vencerás en tres días. El Calvario está formado por claveles rojos. Y a Tus pies, un centro de flores de color violeta. Miro Tu imagen y querría que nunca se acabara ese momento. Es imposible retenerla en mi memoria, pero soy feliz, en ese momento en el que tengo la suerte de Tenerte tan cerca.

El sonido del llamaor me devuelve a la cruda realidad. Retumba por todo el valle, dando un aldabonazo en mi dulce sueño. Levantas el paso y los costaleros Te siguen llevando, camino de Plaza Nueva.

Y entonces vuelvo a mi casa, feliz por Haberte visto un año más.



PS: La foto es del sábado por la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario