martes, 19 de abril de 2011
Vía Crucis
Un puñal en tu pecho apenas duele. Un puñal en el pecho no hace que broten esas lágrimas, esa pena tan grande que llevas en Tu corazón. Las candelas difuminan la imagen que Te provoca esas lágrimas de sangre que caen por Tus blancas mejillas. Apenas recuerdas ya cuando dijiste sí, el inmenso gozo que sentiste en Tu corazón. Apenas recuerdas los años pasados. Tan solo hay sufrimiento por ver al Hijo de tus entrañas sufrir de esa manera por salvar a una Humanidad que posiblemente no lo merezca.
Cargado con Su Cruz, va subiendo por el Calvario. Cada paso es una tortura, un sufrimiento, una penitencia por los pecados que Él no ha cometido. Cada paso nos acerca más al Padre, que ofreció a su Hijo por nosotros. Con el rostro cansado, portando una corona de espinas, sigue caminando. Caminando por nuestra salvación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario