Debería escribir un discurso, por si acaso. Pero no tengo tiempo. Las cosas se me han concentrado en una semana y todo sucede a la vez, para variar. Esto es así, o me aburro un montón o me pasa todo a la vez. Se está convirtiendo en algo realmente rutinario y lo mismo hasta me acostumbro. El caso es que en parte estoy contento porque dejo mis responsabilidades actuales para coger unas nuevas, posiblemente peores, pero la cosa va a seguir igual.
El caso es que debería escribir un discurso. Quizá para nada, porque no hay tiempo en el horario previsto y si la cosa se alarga me matan, pero debería escribirlo. Llevo un año escribiendo en un blog, incluso más de una vez al día, y no se me ocurre nada para esta ocasión.
Lo llevo pensado un montón de tiempo, pero tengo millones de inicios y ni una sola manera de continuar. Quizá debiera hilarlo por ahí, pero es que no se me ocurre cómo hacerlo.
Quizá esta noche, al acostarme, se me aparezca una musa que me diga qué decir. Sin necesidad de escribirlo. Quién sabe...
miércoles, 15 de junio de 2011
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