Hoy es como si fuera la víspera de Navidad. Quizá necesitáramos una víspera de Navidad en verano, pues es ahora cuando se acaba mi vida, cuando entro en una hibernación calurosa de relleno de informes absurdos y papeleo variado. Y en apenas una semana pasaré de soltero libertino a hijo ejemplar.
Ha sido un año muy raro. Completamente opuesto a mis previsiones, pero la verdad es que esto no me extraña. Comencé sumido en una crisis de la que no he salido, pero que en el fondo ha dejado de preocuparme. Ahora sé que no es tan importante como pensaba, que a fin de cuentas cada día sigue saliendo el sol y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. A no ser que haya nubes, claro.
Escribo cosas sabiendo que se me entiende, pero la verdad es que me da igual. A fin de cuentas soy yo el que se muestra aquí y no deseo censurarme. Tampoco hay muchas más explicaciones que dar. Me aburre dar explicaciones.
El año que viene asumiremos nuevas labores, nuevos retos. Acabaremos proyectos que ya se están eternizando. Y será el momento de lograr una verdadera independencia, por fin. Tan solo necesito un milagro. O una quiebra. No deja de ser triste que tu alegría sea la desgracia de los demás, pero es que esto está montado así. Qué se le va a hacer.
En septiembre, todo cambiará para seguir siendo lo mismo. Un año más...
domingo, 26 de junio de 2011
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¿Informes absurdos?
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