Me da un poco de vergüenza escribir esto, pero una estrella mediática como yo tiene a veces ciertos momentos de necedad. O más bien un necio como yo tiene ciertos momentos de estrella mediática.
El caso es que puse una lavadora y no me acordé de mirar en los bolsillos. Bueno, sí que me acordé pero no miré. Puse la lavadora por la noche para aprovechar mi super-tarifa eléctrica y me fui a dormir. Esta mañana tendí la ropa y me olvidé de todo. Cuando estaba por ahí me acordé del pen drive. Y me asaltó la sospecha. Afortunadamente no se llevó nada de valor, pero me dejó con la duda. Y cuando llegué a casa, la duda y yo nos encontramos perfectamente limpio, suavizado, desinfectado y con un penetrante olor a jabón de Marsella a mi querido pen drive azul de ocho gigas. ¡Sorpresa! me pareció oírle decir cuando lo sacaba. Por lo menos se le han quitado las marcas de los contactos de metal. Debería escribir a la marca de mi detergente para darles un nuevo motivo de promoción. Puede con todas las manchas, incluso con la de los contactos de los puertos usb...
El caso es que, antes de hacer nada, pediré consejo a mis informáticos de cabecera. Me han dado esperanzas con un móvil que se dio un baño en la lavadora y llamó después a todas las vecinas para contar que su detergente lavaba más blanco.
En fin, esperaremos a ver...
domingo, 19 de junio de 2011
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