Seis letras que me regalan, seis letras que acepto.
No se bien por qué, pero he estado esperando esas seis letras desde hace tiempo.
En un mar de aguas revueltas he navegado durante mucho tiempo. Más de una vez naufragué pero luego conseguí salir a flote. Y cada vez que lo hago me pregunto si realmente ha merecido la pena, si no debería dejarme hundir para siempre y que el mar borre de su recuerdo mi nombre, para ser un náufrago más, otra muesca en el revolver de las olas.
Acabo de llegar a la orilla. Debería sentirme feliz, pero no lo estoy. Tan solo siento en mi cabeza los remordimientos de mi conciencia. El haberme traicionado una vez más, el sentirme mal conmigo mismo. A fin de cuentas nadé sin descanso no porque me cayera, sino porque me empujaste.
Seis letras que me regalan, seis letras que acepto. A fin de cuentas...
jueves, 23 de junio de 2011
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