Con tanta víspera pareciera que se pasa uno la vida esperando, aunque eso no sea así. Aún quedan unos días para que todo acabe y me ponga a hacer balance de todo lo que ha pasado durante este tiempo.
El caso es que mañana será un día capicúa, se mire por donde se mire. Además, será mi único día capicúa. Supongo que debería celebrarlo como si fuera una especie de eclipse, de fin del mundo, pero he de reconocer que no soy de esos. Si tuviera constancia de que mañana se acabara el mundo no me iría a hacer ninguna locura. Soy tan rutinario que seguiría haciendo lo mismo. Por una especie de responsabilidad chulesca, un poco por decir, "Aquí no pasa nada y, aunque pase, no se le saluda."
También mañana es un dia par. Muy par. Tan par que es potencia de dos, fijense. Posiblemente sea mi penúltima potencia de dos, porque espero llegar a la siguiente. O al menos acercarme todo lo que pueda. Pero, claro, esas cosas nunca se saben. Diremos como en el deporte, lo importante es participar.
miércoles, 22 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario