domingo, 12 de junio de 2011

Momentos pitorreicos

Supóngase un señor de pueblo y con una sólida formación matemática entrando en un hotel. Supóngase a ese mismo señor entrando en una habitación de un hotel, donde no dormirá, a goler. Supóngase de nuevo a ese mismo señor entrando en el cuarto de baño de dicha habitación y enfrentándose a un inodoro electrónico, consistente en una taza propiamente dicha con unos botones a la izquierda, derecha si se usa para aguas mayores.

La curiosidad, que siempre ha caracterizado al supuesto señor, le impulsa a apretar el botón DRY y observa, entusiasmado, que sale calorcillo del inodoro. Pero ahí no acaba su espíritu de descubrimiento y decide pulsar otro botón. En ese momento observa un tanto atónito como un pitorrillo de color carne surge de la trasera de la taza en dirección hacia el centro de la misma. La longitud del pitorro es bastante considerable una vez desarrollado. Pero lo peor estaba aún por llegar. En ese momento, el supuesto señor descubre en el pitorro una oquedad de la que empieza a manar agua, que le impacta en la cara y en la solapa del traje. Sin saber cómo reaccionar y ante la carcajada general del público asistente, el agua sigue manando sin control.

En un momento de máxima lucidez, de esos que tiene uno cada lustro, decide pulsar el botón "Stop" y el agua deja de manar. Entonces, el pitorro extensible exhibe una sonrisa burlona y comienza a replegarse hacia su cavidad inicial, satisfecho por haber demostrado que el usuario más reciente es un completo gilipollas.

1 comentario:

  1. Los señores de pueblo y con una sólida formación matemática dberían tener más cuidado con según qué cosas. Al llegar a lo del pitorro agrandable me he asustado un poco y he temido lo peor.

    ResponderEliminar