Lo escrito queda ahí. Si lo escribiste fue porque creíste que era así, porque lo sentiste en tu alma, porque la rabia inundaba tu corazón y salió como un torrente de lava, quemándolo todo.
Aunque, luego, al paso de la lava, todo queda arrasado. Elimina todo rastro de vida, de esperanza, de ilusión.
Si lo escribiste así fue porque lo sentiste. Porque tu corazón quiso arrancarse del pecho y mostrar su dolor.
Pero al igual que la lava quema todo a su paso y lo convierte todo en ceniza, el agua que baña la tierra la llena de vida. Y entre los escombros surgen los brotes de los árboles, cuya semilla estaba bien arraigada en el suelo. Siempre hay una palabra que da como fruto otra palabra más fuerte, que es la palabra primera que habitaba en la tierra.
jueves, 23 de junio de 2011
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