Una vez que tienes construidos los acordes mayores y menores no queda más que construir los mayores con séptima mayor y menor para cada uno de ellos. Estos acordes añaden una nota más sobre los demás. Son una especie de agonías, como unos nacionalistas periféricos de la música que no se conforman con lo mismo que tienen los demás.
Para construirlos lo único que hay que hacer es añadir una nueva nota, un semitono menos para los séptima mayores o un tono menos para los séptima menores. La verdad es que encontrados y sabidos los mayores y menores es ir jugando. Y sabiéndose la posición de las notas en el mástil.
El caso es que ya he empezado a comprender por qué mi profesor ponía un acorde y no tocaba todas las cuerdas. Tocaba las que correspondían a las notas de cada acorde. Yo le preguntaba y no me respondía. Y ello me provocaba un estado de tensión que se me acumulaba en la espalda y luego me metía en la cama y no podía dormir. El caso es que ya lo he entendido. ¡Qué pillín! ¡Qué callado se lo tenía...!
Y así he pasado la tarde. Al fresco con los acordes. Y sin gastar un lero, que estamos en crisis.
lunes, 11 de julio de 2011
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