Son las siete de la tarde y sólo se oye silencio. Y una máquina a lo lejos que yo diría que es un tractor, pero tampoco lo aseguraria. Hay tres plantas en este hotel y en ninguna pasa nada.
La habitación es coqueta. Dos camas con colchas de pique. La ventana no tiene cortina, tan sólo dos contraventanas por fuera. Un balcón y una jardinera colgando por fuera. Con geranios que parecen del premio. O al menos eso creo.
El reloj da con una prisa impropia las siete. Me voy a explorar.
martes, 19 de julio de 2011
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