domingo, 10 de julio de 2011

Estaciones

Me llaman desde la primavera. No saben qué hacer. Y yo, en mi papel de sesudo analista, intento dar respuestas. Ilusos...

La primavera transcurrió rápida e indiferente para mi. No me gustan las flores y el polen del campo me da alergia. Deseaba que llegara el verano, con la playa, la arena, los baños en el mar, tumbarme en la arena y sentir que la brisa del mar me habla, la tranquilidad del dolce far niente... pero he descubierto que centrarse en el futuro implica alejarse del presente.

Conozco otros casos de personas alejadas del presente, que pasaron por la primavera de muy distintas maneras. Y, ahora en verano, han debido adaptarse al calor de la estación. Todos lo hemos hecho como mejor hemos podido, pero luchar contra las estaciones pasadas no es fácil. Pero ya no se puede hacer nada y estudiar con el calor del verano es difícil. Pero no imposible.

A veces me arrepiento de mi apatía primaveral, pero supongo que las cosas no tienen por qué ser uniformes. Si así lo fueran no se sentirían tan especiales aquellos que se abandonaron a la primavera y ahora en verano cumplen sus faltas. Porque si algo tiene el verano es que es justo, cobra sus deudas por igual a todos. Sean del tipo que sean.

No queda otra que examinarse en septiembre. En vísperas del otoño...

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